04 octubre 2008

"LA BELLEZA DE LA CONSAGRACIÓN RELIGIOSA"


Como mujeres consagradas, y como hermanas hospitalarias del Corazón de un mismo Señor, nos hemos reunido en estos días un grupo, para reflexionar, hoy, nuestra vida y nuestra opción total, por Dios y por la persona.

Queremos también aquí, compartir aquello que, para nosotras, hace bella la Vida Consagrada Hospitalaria:

- La experiencia de la proximidad de un Dios que se derrama sobre nosotros: nos llama y nos concede el don del carisma hospitalario, nos llena de alegría y nos invita a vivirlo con responsabilidad.

- El reconocer que tenemos una herencia espiritual acogida y transmitida por nuestros fundadores, perpetuada en el tiempo por los escritos y por toda la vivencia de las hermanas a lo largo de estos 127 años de historia.

- El vivir como hermanas el don de la vocación que nos congrega en fraternidad, nos hace saborear la diversidad y experimentar la alegría de compartir el mismo don, la Mesa y la misión.

- El soñar juntas un mundo más hospitalario, realizando el deseo de entregarnos para encarnar la misericordia de Dios, valorando los momentos de encuentro, de compartir, de perdón y de servicio.

- El ser enviadas por la Iglesia, en nombre de Jesús, a anunciar la Buena Noticia de su sanación a una clase marginada de la sociedad que nos pide la entrega total y radical de nuestra vida.

- El estar llamadas a restaurar la imagen divina en la persona del enfermo, haciendo brotar la vida y la alegría donde hay dolor, sufrimiento y muerte, desde la sencillez y desde nuestros gestos de ternura, bondad y compasión.

En la certeza de que nunca seremos capaces de reconocer y agradecer, totalmente, el gran don que Dios nos concede, queremos, en cada día, dejarnos seducir por la belleza de la consagración religiosa hospitalaria.